lunes, 21 de mayo de 2012

HACIÉNDOLE EL MANDAO




HACIÉNDOLE EL MANDAO

En raspa estéreo son las 2:30 Pm, con el auspicio de: La Leche de Don Pepe, Dale una mamada a la vida. Umm que rica es la leche y más esta que viene de la teta a la boca; y como aquí siempre les tenemos las ultimas guarichadas de la música, aquí les traigo el exitazo del momento, dedicado a todas aquellas coquetonas mami ricas, y sin más aquí les va: ¡La Motosierra!...”La motosierra le dicen, porque no deja palo parado, no importa que sea grande o chiquito”…tururuuu…ru…

- ¿Dónde estás Ubaldina?
- Aquí Dersu, aquí en la cocina.
- Y ¿qué estás haciendo?
- Hay papi, como ves, aquí dándole duro a los tiesto de Don Raul, fregándole las tapas de estas ollas, mientras me deleito de la buena música que ponen en mi emisora favorita, Raspa estéreo, porque si raspa, es bueno.
- Entonces, no te importara que te la raspe un poquito, y de paso te refriego esas tapas pa’ ayudarte.
- Ayyy, papi, no seas así, déjame trabajar en paz un rato, que si me sigues cogiendo así por detrás, no me puedo concentrar, y mira todo lo que tengo por fregar y restregar.
- He pero ya no puede uno ni cogerte, el culo, sin que te vengas, a dejarme así todo iniciado, y todo por andar de fregona.
- ¿Sabes qué?, para que se te pase la arrechera, mejor haceme el favor, de comprarme por allá donde Don Prospero, eso que te encargue en la lista que te di ayer.
- He pero sí que eres aguafiestas, no lo podes ver a uno mal parqueado, porque ya te venís con tus mandados, pero con gusto yo te hago el favor, como siempre, pero cuando regrese, atente, porque no te la perdono, te la voy a mandar es pero doblada, con ñapa y recontra ñapa, ¡oíste! 
- ¡Ay no!, ¿cómo así?, otra vez me vas a dejar andando en muletas, si apenas me pude parar de la silla de ruedas la semana pasada, señor bendito, ¡socórreme!
- No te preocupes que yo te socorreré, hasta lo más profundo de las entrañas tuyas Ubaldina, así que no te quejes tanto, que ya estas avisada, y mejor prepárate.
- Entonces vete yendo Dersu, y de paso tráeme también un mejoral, y un frasco de aceite de oliva.
- Y ¿eso para que Ubaldina?
- El mejoral, pues para aminorar el trancazo aunque sea un poquito no más, y el aceite para echarle al pepino tuyo, ese que me trajiste para hacer la ensalada, oíste.
- Ah ya, bueno ahí miramos si encuentro de eso donde Don Prospero, adiosito, nos vemos luego.
- Adiosito papi.

       - Ya donde Don Prospero-

- Si buenas Don Prospero, ¿Cómo ha estado?
- Buenas las tenga Don Dersu, ¡bienvenido!
- Gracias.
- Y cuénteme ¿que lo trae por aquí?, dígame no más, y le pego su atendida de una vez.
- Pues fuera de verle la monumental vehemente presencia suya, estoy haciéndole el mandao a la Ubaldina, y necesito estas cositas, mire aquí tiene la lista, y démela bien cargadita. 
- A ver, déjeme se la agarro y se la reviso bien, a ver que es, umm si, un momento ya le doy todo esto.
- hay gracias que amable, y también empáqueme, si es tan a amable un mejoral y un frasco de aceite de oliva.
- ¿Virgen?
- Nooo, si esa está más recorrida que la avenida principal, desde que tengo memoria a esa siempre le ha picado la cucaracha, es más como dice un amigo “está más culiada que la gata de la casa”, y es justamente por eso que la queremos tanto todos los de la cuadra, me refiero por lo buena, persona.
- Umm, disculpe, ¿que me esta diciendo? es que no le oí bien la respuesta sobre lo que le había preguntando.
- Y ¿que era?
- Qué ¿si quería el aceite de oliva virgen o no?
-  A perdone usted, me confundí, no más, y pensé que me había preguntado otra cosa, pero démelo como usted quiera.
- Bueno, y no se preocupe que yo se lo doy bien como a ella le encanta, y seguro le va a gustar, además todo el mundo sabe que a Ubaldina siempre le ha gustado más el bochín que la comida, y mire aquí tiene su orden, y que se la disfrute.
- A ¿quién?
- A las dos, y si puede aprovéchelas y que tenga un bien día, y son $20.000 nada más.
- Mira aquí los tenes, y de nuevo gracias por todo, y hasta pronto.
- Que vuelva, y siempre a la orden.

¿FIN?

No, porque falta la parte en que Dersu llega donde Ubaldina, pero hay que hacernos los que no sabemos, y que fingimos ignorarlo, y por eso vamos a poner cara de sorprendidos durante la escena, y esto fue lo que paso:
- Mira Ubaldina, aquí te traje tu encargo, agárramelo.
- Ay Dersu, ¿qué es todo esto?, ay dios mío, virgen del agarradero, yo no te encargue todos estos dulces.
- Ah yo no sé, tenes que disfrutártelos, además vos me dejaste enfierrao, ahora toma pa’ que lleves lo que te traje, porque de esta comida de dulces, no te salva es pero nadie.

Y ahora sí:

FIN

Pd1. Quienes querían algo sin tanta censura, pues tengan, es que les digo.
Pd2. Bueno la verdad, la verdad, si esta algo censura esta historia, pero si quieren algo más Hard-core, no es sino que digan pues que es lo que quieren, jejeje.
Pd3. Si desean historias sin censura, bien puedan solicitarlas mediante msg de texto al 1234 por mí, o dejando su comentario aquí debajito, y se reciben desde aclamaciones para abajo, y sino chúpense el dedo, jijiji
Pd4. Y Ubaldina no se salvó, y por ahí la vieron de nuevo andando en muletas, pero como siempre lo disfruto “hasta la última gota”, y me refiero al tinto que se tomó después de la atendida que le pego Dersu.
Pd5. Los dulces estaban muy ricos según dijo Ubaldina, y que son los que más le gustan porque son de esos rellenitos de crema.

Att.

J.R.C.S.


miércoles, 16 de mayo de 2012

POR CASUALIDA



POR CASUALIDA

Marisa – Hay señor Jebus, pero si es Mochilda, Mochi, Mochi querida, tiempo sin verte.

Mochi – Hay hola Marisa, Marisabela preciosa, ¡que rico verte!

Marisa – Pero decime perdida, ¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho?

Mochi – Pues trabajando juiciosa, como siempre.

Marisa – Y ¿dónde? Si se puede saber.

Mochi – Donde Lucho.

Marisa – ¿Cómo así?, ¿Todavía laboras donde Lucho Portuano?

Mochi – Sí querida, vos sabes que si la tratan a una bien, y son cumplidos al momento de darle a uno, las prestaciones, porque ha de una pagarles mal siendo desagradecida yéndose así no más.

Marisa – Pues sí, tienes toda la razón, además vos podes ser lo que sea, mala empleada, grosera, mugre, atravesada, solapada y jicata, pero mal agradecida, eso si no, ¡nunca, nunca!

Mochi – Hay vos sí, no desaprovechas ni media, para echarle a uno el agua sucia en la cara, solo te falto trapear el piso con migo, y mandarme a hacer gárgaras con esa agua.

Marisa – Jummm, vos si sos exagerada, yo solo decía, por decir, pero al que le caiga el guante que se lo chante, y mejor cambiemos de tema, y contáme ¿Cómo esta Margarita del Zocorro?

Mochi – ¿No sabes?,

Marisa – ¿Qué?, ¡contáme!

Mochi – Pues que ella falleció hace uuuuuuu, como unos seis meses, sino es que es más, porque no recuerdo bien la fecha.

Marisa – ¡No!, ¿qué va a ser?, no lo puedo creer, y tan llena de vida que estaba; y ¿yo como no me entere?, para haberme ido a bailar sobre la tumba de esa bandida quita maridos, que se fue con Josefino.

Mochi – Uyyy, pero eso hace ya como 10 años y 9 meses de eso, y vos nada que superas esa pendejada, ni que no te hubieras vuelto a casar como a los 15 días que paso eso, espabílate pues, espabílate.

Marisa – Pues por andar des-espabilada por esos días fue que no me di cuenta de las tretas y artimañas de esa fulana mañosa, y si no es porque un día se me olvidaron unos papeles, y me tuve que devolver por ellos a la casa, todavía seria la hora que no me hubiera enterado que a Josefo le gustaba el pollo asado, y que se lo comía en mi cama, con otra, y lo peor no me invitaban. (Dijo Marisa con un profundo suspiro, y negando con la cabeza).

Mochi – Ha vos estas es pero ardida que no te invitaran, y que la Margarita, le sacara el jugo a tu ex de la nevera, y que cuando vos llegabas del trabajo el pobre estaba tan mamao de dar le lo mejor de él a la otra, que a vos no te daba ya ni la hora, pero en ultimas vos saliste ganando, porque te quitaste ese sute de encima, y sino no te hubieras conocido al Jair, ¡papi rico!

Marisa – Cálmate pues ganosa, o ¿vos también quieres venir a quitarme el marido?

Mochi – He pero solo decía, además con los que tengo por ahora me sobra y me vasta.

Marisa – ¿Cómo así?, es que ¿Cuántos tienes pues?, o mejor dicho ¿con cuántos es que andas?

Mochi – Por ahora solo siete.

Marisa – ¡Siete!, señor bendito, vos tienes es pero uno para cada día de la semana.

Mochi – Así es, más rico querida.

Marisa – Mis respetos, vos debes tener muy buena…

Espalda, y si por mi fuera, hasta un premio así como los que dan por televisión te daría, como ese del globo de oro, aunque en tu caso sería algo así como la chimba de oro; por lo suertuda, no.
Mochi – Ashhh, plácemen tus cumplidos querida, y si no es porque eres mi amiga, cualquiera diría que te corroe la envidia.

Marisa – ¿Envidia, yo?, ¡Ay virgen santísima!, gracias a dios que nunca he sufrido de ese mal, dios nos libre, y ¿sabes qué?, te tengo que dejar, porque deje unos frijoles en la lumbre, y no sea que se me quemen, o se explote esa berraca pitadora, y ahí si dios mío, quedo es pero hecha, y chao, chao querida.

Mochi – Hay apúrate entonces, y gusto en verte, y cuando quieras arrima por la casa, y te invito a comer kumis con cuca de la que yo hago, así que cuídate mucho, saludos a Jair, y chaito pues.

Marisa – ¡Ay que rico!, por allá iré, vos sabes que me fascina tu cuca, no tiene comparación, nadie la hace tan buena como vos, y si es con kumis, mejor.


FIN
Pd1. – Hay como es de rica la cuca, y con kumis, ¡yum, yum!

Pd2. – A ver, ¿Quién no quedo antojado?, digan pues.

Pd3. – ¿Si alguien sabe cuál es la moraleja de esta historia?, sería bueno que me la hicieran saber, y gracias de antemano. Jijiji

Pd4. – Como ocho días después, Marisa y Mochi se volvieron a encontrar, y se comieron las cucas juntas, con kumis, como habíamos dicho, porque lo prometido hay que tratar de cumplirlo, or something like this.

Pd5. – Y como dice el dicho, al pan, pan, y al vino, vino; y ¿a la cuca?, pues el kumis, ¿Qué más creen que iba a ser?

Pd6. – Y Suerte, es que les digo, jejeje

Att.

J.R.C.S.


miércoles, 9 de mayo de 2012

XURY – EN BUSCA DEL VESTIDO


XURY – EN BUSCA DEL VESTIDO

Xury – Aló, si buenas para pedir un taxi, aja, si aquí al pie del taller de Chancleta, ¿Qué dónde queda eso?, hay pues aquí enseguida, si señor ese taller que cerraron apenas hace unos 20 años, aja, si, que el N° 20 viene, bueno yo lo espero, gracias.
Ashhh amiga que mal servicio el de esos taxis, ni siquiera saben dónde es que tienen que recogerla a una.
Calista – Pero al final te entendió, y ya se vino uno por ti.
Taxi – Pipipi, pipipi…
Xury – Pues sí, tienes razón, y chaito pues que ya llego el taxi.
Calista – Y fue más rápido de lo pensado.
Xury – Mejor nos vemos luego Calista querida, que Panguana me espera, mua, mua.
Calista – Chao, mua, mua.

- Al Rato, ya en la casa de Panguana -

Xury – Ding, dong, ding dong.
Chifa – A ver a la orden.
Xury – Si buenas Chifa, ¿esta Panguana?, por favor.
Chifa – Si señorita, ¿de parte de quién?
Xury – ¡¿Cómo?!
Chifa - ¿Qué quien la necesita?
Xury – Hay Chifa de por dios, ponete seria, soy yo, Xury.
Chifa - ¿Quién?
Xury – Yo, Xury Milena, la amiga de toda la vida del colegio de Panguana, decime pues ¿estas drogada otra vez? O ¿es que el sapo de Robinson te volvió a echar leche en los ojos?, o ¿es que no te acordas de mí?, después de 10 años de estar viniendo por acá.
Chifa – Umm nada de eso señorita, es que una no sabe, además la patrona me ordeno esta mañana rectificar bien a toda persona que quiera entrar aquí, que disque porque hay que andar prevenidas, que porque esto, y que porque aquello, y lo otro también.
Xury – He pero que descaro, si vengo a dormir como cuatro noches por semana en esta casa, casi ni salgo de aquí, y vos me salís con estas pendejadas a mí, solo falta que me obligues a la revisión de cavidades, y completas el paquete. 
Chifa – Bueno, si usted insiste siga pues entonces y la reviso, pero eso si le digo que la señorita Panguana me dejo dicho que si alguien venia que dijera que no está, porque se está depilando, porque la tenía muy peluda.
Xury – ¿Qué?
Chifa – Si, que tenía muy peluda la pantorrilla pa’ la fiesta de esta noche, y pues como se va de levante, pues quiere estar bien mamí chula, toda refurin funfly, y si viera el vestido tan divino que don Ismael le trajo de por allá de Pereira, cuando estuvo de visita donde las primas de él, si lo viera, si lo viera.
Xury – ¿Cómo así?, la muy mugrosa, no me había dicho nada a mí.
Chifa – Pues porque es una sorpresa que le tienen a ella guardada.
Xury – ¿Cómo? ¿Es que Pangu no sabe?
Chifa – Pues claro que la señorita sabe, pero esa se hace la pendeja ahora que llegue don Ismael a dárselo por detrás, como acostumbra, para sorprenderla cuando ella está por ahí toda desprevenida, y tenga, tome, le dice, y se lo da, y ella se pone así toda emocionada con cara de contenta, y le da un pico.
Xury – Hay que rico ojala a mí también me dieran así, a cada rato, regalitos.
Chifa – Suertuda que es la hijuemadre.
Xury – Oíste Chifa, y vos que sos bien chismosa.
Chifa - ¡Chismosa, yo!, oíste respeta pues, respeta.
Xury – Bueno perdóname, pero vos que conoces toda la información de esta casa, decime ¿Qué sabes del vestido que Pangu dijo que me iba a hacer el favor de prestarme para la fiesta de esta noche?
Chifa – Pues la señorita dijo que como sumerce es bien culi pronta, le va a prestar el vestido azul straple, que a usted tanto le gusto el otro día que se estaban midiendo ropa, ese que es más cortico que una minifalda, que para que se le faciliten las cosas al momento de poner lo necesario para huir, en caso de que la cojan como la vez pasada, cuando estaba puchando con el Robinson, chupando trompa, en ese maniculiteteo tan bravo que más parecía era un examen del corazón, y que por poquito le cuesta a usted la expulsión del colegio, por no haber querido dejar que el director la invitara a bailar carrapicho, para ayudarle a arreglar el impase.
Xury – Hay sí, ya me acuerdo, y ese día casi que no encuentro a Pangu que estaba más perdida por allá rastrojeando; es más lo último que me dijo fue llámame, y yo le dije, yo también.
Chifa – Ah ya, y ¿la llamo?, porque eso fue el fin de semana pasado, y desde entonces usted no había vuelto por aquí.
Xury – Si claro, por eso vine por el vestido, así que por fa vaya a ver si Pangu ya acabo de arrancarse los pelos de la chimba de patas que tiene, a ver si puedo irme a mandar  a cepillar.
Chifa - ¿Qué? ¿el cabello?
Xury – ¡No!, se dice es el pelo, no seas guaricha, mal hablada, o es que tengo cara de yegua.
Chifa – Pues con lo que le gusta cabalgar, no sé, y si usted lo dice, yo no digo nada.
Xury – Ashhh Chifa, usted si no cambia, ni de calzones.
Chifa - ¿Para qué?
Xury – Bueno mejor dejemos así, y vaya que yo la espero en la cocina mientras me mecateo alguito, a ver que encuentro, porque tengo un hambre que parecen dos.

- 10 minutos después, en la cocina de la misma casa de Panguana -

Chifa -  Señorita, mire que aquí le manda la señorita Panguana el vestido, y que ella no la puede atender, porque el joven Robinson se le vino de sorpresa antes que usted llegara, y le derramo la cera, y allá están los dos en cuatro todos untados, tratando de recoger todo eso.
Xury – Hay ¿cómo así, Robinson está aquí?, y ¿Por qué no me lo habías dicho Chifa?
Chifa – Porque sumerce no me lo había preguntado, o es que usted cree que yo voy a andar diciéndole todo lo que pasa aquí, así porque así, usted sabe que yo soy muy reservada.
Xury – Jummm, bueno decile a Pangu que muchas gracias por el vestido, y que por la noche nos vemos, y a vos gracias por todo Chifa, y este dulce de papayuela que me acabo de empacar te quedo delicioso.
Chifa – De nada señorita, y que se la gocen esta noche, junto a la señorita Panguana, y sus amigos.
Xury – Hay gracias, y decile a Robinson en secreto que Mateo me va a recoger esta noche, pero que en cualquier descuidito que este pilas, que él ya sabe cómo es la vuelta, y adiosito que me cogió la tarde.
Chifa – Por supuesto señorita, yo le doy el recao al joven, y que le vaya bien.

Fin

Pd1. Porque donde comen dos, comen tres, y hasta cuatro, cinco y seis, si se descuidan.
Pd2. Y a Panguana le quedo muy chusco el vestido nuevo que le dieron, y todo el mundo le pregunto que ¿donde la habían depilado así de bien?, porque esto y aquello, y pirum pun pun pan…
Pd3. Y a Xury el vestido prestado le quedo como anillo al dedo, mejor dicho ni mandado a hacer, no, no, no, si la hubieran visto, lo mami rica que quedo, e ave María, ¡que es todo eso!
Pd4. Porque el que da recibe, y a Panguana ¡siempre le dan!
Att.

J.R.C.S.

EL MARRANO QUE NO JARTABA AGUAMASA



EL MARRANO QUE NO JARTABA AGUAMASA

Un día como todos, nació el pedazo ese de carne de hediondo hedor, y rosáceo color, aquel animal fue bautizado Lechona, pero al muy muérgano no le gustaba jartar sino verduras y frutas, algo bastante raro, ya que sus hermanos se tragaban todo lo que se les atravesaba, entre más grasiento y cochino estuviese mejor.
Bueno ese no es el caso, sino que un día al iguazo de su dueño le entro en gana empezar a matar a sus marranos, para jartarcelos en fechas especiales o importantes (cualquier domingo). Así empezó la carnicería de los marranos, uno a uno fue degollándolos con su filudo machete o el chuchillo carnicero de su esposa, pasados dos meses solo quedaba Lechona; solo y triste, ya no comía, pero sus dueños tenían hambre, mejor dicho ganas de jartar marrano, bien grasiento como les gustaba, así que empezaron a ver cómo le embutían comida, pero todo fue en vano, pero no sé qué sucedió, pero el corazón se les ablando, junto con sus antojos, y tomaron a Lechona como una mascota, para compensar la falta de hijos, al cabo de un mes Lechona era como un gato para la pareja, aunque sucedió lo inesperado o lo esperado para la pareja, la ama estaba preñada, Lechona se alegró, pero la felicidad no le duraría, porque apenas nació el muérgano, para su bautizo, tenga que le dieron papaya al marrano gato, y a la ama le dio por inventarse un nuevo plato, así que manos a la obra dijo, lo cocino y le embutió su propia carne revuelta con arroz, alberjas y ustedes saben el resto, aunque no sabía que nombre ponerle, así fue que tomo el propio nombre del animal, para ponérselo al plato, entonces ya saben cómo se inventó tan rico manjar, ahora apetecido llamado LECHONA.

FIN

ATT.

JRCS - 1999