miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA ROSA DEL DESIERTO ÁRIDO


 LA ROSA DEL DESIERTO ÁRIDO

¿Una dulce historia hecha realidad?

Había una vez en algún lugar (el que se le antoje, sugerimos Arabia); allí vivía una floresucha muy frágil y debilucha, de hermosa apariencia, con pétalos y labios rosados como la pielecita de un marrano, tan bella que todas las malezas le guardaban recelo, pero no era mucho, porque la florecita era imperfecta, pues sus pétalos eran desnivelados, aunque a nadie le importaba porque era la única rosa entre cactus y cactus…

Pero ese no era el problema, la cosa era que ella vivía en el único oasis de todo el lugar, y se contoneaba y se bañaba en tan apetecidas aguas empozadas.

Paso mucho tiempo, y día tras día la rosucha se pavoneaba y trataba a las demás plantas (cactus, maleza y pasto) con mucha hipocresía, hasta que un día llego una caravana al oasis, donde a uno de los viajeros que arribó allí le encanto la espléndida flor, no por lo bella sino porque vivía en medio de la nada, así que la trasplanto contra la voluntad de esta, y se la llevo lejos del oasis, la rosa lloro todo el camino hasta que llegaron a la ciudad más cercana, la caravana se instaló porque eran unos mercachifles, y pues bueno cuando ya estuvo toda lista la armada del negocio, empezaron a llegar los compradores, entre los que llego una chica (sirvienta) a la cual le encanto la rosa y la compro, más resulta que esta criada vivía en el palacio del rey de la zona, y ella atendía a la caprichosa princesa a quien le gusto la ¿belleza? de la flor, y obligo a la chica a que se la entregara, porque si no la echaban del servicio, y pues como la necesidad tiene cara de perro, ella resolvió cederla que aguantar hambre, bueno así fue que la princesa se hizo dueña de la rosa y decidió plantarla en una hermosa matera, y la puso cerca a su ventana, pero como la princesa era tan descuidada la dejo caer a la calle  sin impórtale un carajo, se olvidó de la flor quien toda maltratada por el porrazo trato de buscar como devolverse a su amado oasis, y así pisoteada y vuelta nada llego cojeando hasta la caravana que se disponía a partir, el hombre que la había hallado la vio y se compadeció de ella, y decidió llevarla de vuelta a donde la encontró días atrás, y así fue dicho y hecho la devolvió a su sitio, después se largaron del oasis dejando a la rosa feliz, con su hipocresía de vuelta.

¿Fin?

No mentiras, paso un tiempo y llego otra caravana, esta vez de soldados sedientos, los cuales casi secan el oasis cuando soltaron a sus caballos para que descansaran, y uno de los sementales se acercó a la rosa, ella nunca había hablado con un caballo, y se dispuso a saludarlo diciéndole hola, y este yam, yam, yam, yam, yam… le dijo hola mientras la masticaba (porque tenía mucha hambre y no le importaron las espinas).

Fin N° 2

Att.

J.R.C.S.

2000

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