lunes, 7 de enero de 2013

EL CHIMBILÁ DIURNO



EL CHIMBILÁ DIURNO

Este animal, este chimbilá era lo contrario del resto de sus congéneres y familiares, mientras todos sus amigos eran alcohólicos, cancerosos y por demás viciosos, este era una vil “madre”, un santurrón de mierda  que no hacía sino cazar, dormir, comer, defecar, botar la basura del pedazo de techo donde habitaba, en fin etc.. O sea un completo zombi de sus idioteces; y pues como se suponía que los de su especie estaban destinados a eso que se la pasaban haciendo el resto de sus idiotas amigos, era muy raro que sus genes no fueran alterados por el vicio y el alcohol     que marcaba el ADN familiar de su madre, su padre, sus abuelos, sus tatatatarabuelos, en fin parecía más hijo de una rata de campo muy ordenada, tanto así que su madre llego a la conclusión que así lo era después de recordar que durante su juventud en una de sus tantas borracheras se había acostado con un cantinero cara de rata, como ella solía decirle, y por eso era que la apariencia de nuestro protagonista no concordaba mucho con la de su padre chimbilá que desde hace rato que ya descansaba en paz, después de que lo arrollara una aplanadora por quedarse dormido dentro de una construcción. Después de saber esta reveladora verdad nuestro chimbilá diurno comprendió porque no podía conciliar el sueño durante el día y muchas pendejadas aburridas que no contaremos, así que después de todo esto nuestro protagonista decidió largarse a buscar a su progenitor, hasta el momento desconocido, empezó su búsqueda de cantina en cantina, de bares a moteles, y nada encontró, ni rastro de ese tal cara de rata como le había dicho su madre que se llamaba ese bicho, y ya casi sin esperanzas, y ánimos de desistir de su búsqueda, nuestro chimbilá cayó en cuenta de que no había visitado los hogares para vagos y desgraciados desaventurados, así fue que recorrió toda la ciudad, y en uno de los últimos lugares (porque eran muchos) lo encontró, bueno al menor eso o ese  parecía el de la descripción de su senil y desrazonada madre,  y entonces el chimbilá tomo fuerzas de donde si tenía y…
Lo saludo, se presento, le conto la historia de su madre, y le pregunto si él era la persona que estaba buscando, resulto que si era, pero no era quien creía que era, lo que sucedió fue que en su juventud él trabajaba en susodicha cantina, bar, whiskerias, pachangueria de mala muerte, y en sus ratos de descanso se prostituía a precios económico y razonables para el sitio, por lo cual no estaba seguro de si se había echado a su madre o no, y ese era el insignificante detalle que su madre no le había contado, tal vez porque se le había olvidado en medio de tanta rasca en la que mantenía.
Entonces nuestro chimbilá se despidió, y resignado aunque feliz de saber o creer saber quién era, regreso a casa para emprender o mejor dicho montar un negocio, el de la familia como él mismo dice, pero como son dos sus clases de familia, compro un edificio de tres pisos y monto un bar en el primer piso, un strip teaseadero en el segundo, y un prostíbulo en el tercero con fama nacional e internacional.

Fin.
Pd. El negocio ha prosperado tanto que ya tiene sucursales en todos los países y ciudades con potencial económico, incluyendo claro está el Vaticano.

Att. J.R.C.S.