EL CHIMBILÁ DIURNO
Este animal, este chimbilá
era lo contrario del resto de sus congéneres y familiares, mientras todos sus
amigos eran alcohólicos, cancerosos y por demás viciosos, este era una vil “madre”,
un santurrón de mierda que no hacía sino
cazar, dormir, comer, defecar, botar la basura del pedazo de techo donde
habitaba, en fin etc.. O sea un completo zombi de sus idioteces; y pues como se
suponía que los de su especie estaban destinados a eso que se la pasaban
haciendo el resto de sus idiotas amigos, era muy raro que sus genes no fueran
alterados por el vicio y el alcohol que
marcaba el ADN familiar de su madre, su padre, sus abuelos, sus tatatatarabuelos,
en fin parecía más hijo de una rata de campo muy ordenada, tanto así que su
madre llego a la conclusión que así lo era después de recordar que durante su
juventud en una de sus tantas borracheras se había acostado con un cantinero
cara de rata, como ella solía decirle, y por eso era que la apariencia de
nuestro protagonista no concordaba mucho con la de su padre chimbilá que desde
hace rato que ya descansaba en paz, después de que lo arrollara una aplanadora
por quedarse dormido dentro de una construcción. Después de saber esta
reveladora verdad nuestro chimbilá diurno comprendió porque no podía conciliar
el sueño durante el día y muchas pendejadas aburridas que no contaremos, así
que después de todo esto nuestro protagonista decidió largarse a buscar a su
progenitor, hasta el momento desconocido, empezó su búsqueda de cantina en
cantina, de bares a moteles, y nada encontró, ni rastro de ese tal cara de rata
como le había dicho su madre que se llamaba ese bicho, y ya casi sin
esperanzas, y ánimos de desistir de su búsqueda, nuestro chimbilá cayó en
cuenta de que no había visitado los hogares para vagos y desgraciados desaventurados,
así fue que recorrió toda la ciudad, y en uno de los últimos lugares (porque
eran muchos) lo encontró, bueno al menor eso o ese parecía el de la descripción de su senil y
desrazonada madre, y entonces el
chimbilá tomo fuerzas de donde si tenía y…
Lo saludo, se presento, le
conto la historia de su madre, y le pregunto si él era la persona que estaba
buscando, resulto que si era, pero no era quien creía que era, lo que sucedió fue
que en su juventud él trabajaba en susodicha cantina, bar, whiskerias, pachangueria
de mala muerte, y en sus ratos de descanso se prostituía a precios económico y
razonables para el sitio, por lo cual no estaba seguro de si se había echado a
su madre o no, y ese era el insignificante detalle que su madre no le había contado,
tal vez porque se le había olvidado en medio de tanta rasca en la que mantenía.
Entonces nuestro chimbilá se
despidió, y resignado aunque feliz de saber o creer saber quién era, regreso a
casa para emprender o mejor dicho montar un negocio, el de la familia como él
mismo dice, pero como son dos sus clases de familia, compro un edificio de tres
pisos y monto un bar en el primer piso, un strip teaseadero en el segundo, y un
prostíbulo en el tercero con fama nacional e internacional.
Fin.
Pd. El negocio ha prosperado
tanto que ya tiene sucursales en todos los países y ciudades con potencial económico,
incluyendo claro está el Vaticano.
Att.
J.R.C.S.