A DOMICILIO
DON PEPE – Si buenas doña
Marlady.
MARLADY – Hay buenas don
Pepe.
DON PEPE – Y ¿qué más?,
cuénteme ¿cómo está?, ¿cómo me la han tratado?
MARLADY – hay a mi bien como
siempre, además usted sabe que cuando una es así de mami rica como yo, así bien
buena, bien sabrosa, pues que más se puede esperar de todos los chulos y
buitres que le caen a una.
DON PEPE – ¡Sí!, me imagino
que no me la dejan ni descansar, ya que a toda hora está teniendo que espantar
a cuanta garnupia se le atraviese, pero cuénteme ¿Qué está haciendo que la veo
tan ocupada?
MARLADY –Hay aquí tratando
de ver como se arregla esta olla pitadora, antes que se me cuchuflie y ahí si
quedo es linda para hacer el almuerzo.
DON PEPE – Pues vengase a
ver con todo eso, que yo le pego su arreglada, su calibrada, y si quiere
también su descarbonada.
MARLADY – Hay tan papi
chulo, vos siempre tan amable y dispuesto pa’ las que sea home, pero para poder
arreglarme esta olla usted necesita una buena herramienta.
DON PEPE – Y es que la
parece, ¡que no le basta con esta que tengo aquí!
MARLADY – ¿Cómo así?,
¡muéstremela a ver!
DON PEPE – Mire, y disfrute.
MARLADY – Huy, ¡ayyy dios
mío!, ¿que esa cosa tan grande que tiene usted ahí?
DON PEPE – Pues mi
herramienta multiusos todo terreno.
MARLADY – Y ¿usted de donde
saco eso tan bueno?
DON PEPE – Ah, pues la
herede de mi papá.
MARLADY – ¿De verdad?, ve que
tan bueno
DON PEPE – Y si usted
hubiera visto lo bien que él manejaba la herramienta, eso todas las señoras de
la cuadra le hacían cola para que él las atendiera.
MARLADY – ¿Cómo así?, ¡ay
no!, pero ¿usted si le aprendió alguito a su papá del oficio?, porque yo no le
suelto lo mío a cualquiera.
DON PEPE – E ave María, que
desconfianza mi doña. Si apenas hace un rato que le hice el favor a doña Berta,
que tenía la misma necesidad que usted.
MARLADY – Ah, pues si es así,
yo le creo, porque doña Berta es bien amiga mía, así que bien pueda pues, lubríquemela,
refacciónemela, repárchemela, retóquemela, y hágamele todo lo que a bien le parezca
DON PEPE – Con gusto mi
doña, ya mismito le hago.
MARLADY – Hay sí, pilas pues
boléele con todas las ganas, porque a las 12 en punto llegan toño, chicho,
paulo y sus amigos a almorzar, y tengo que poner a pitar este cayo, para
tenerles lista su sopita de mondongo, y ya son las Diez y media, y no le digo
más porque, ay dios santo.
DON PEPE – Tranquila pues,
mejor acomódese por aquí y chúpese este, dulce que tengo aquí entre el bolsillo
del pantalón, para que se relaje mientras.
MARLADY – Hay gracias usted
si, ni mandado a hacer, mejor dicho, dígame ¿Cuánto me va a cobrar por el
domicilio?, porque no me ha dicho nada de eso.
DON PEPE – Déjeme acabo, y
dependiendo del trajín que toque, yo le digo.
MARLADY – Ay pero no me vaya
a tirar tan duro, que me cogió cortica de efectivo, y hasta por la tarde voy al
cajero.
DON PEPE – Tranquila mi doña
que yo le hago pasito, y si me queda debiendo, yo arrimo después por lo que
falte.
MARLADY – Hay ojala todo el
mundo fuera así de considerado.
DON PEPE – Cada quien pone
su granito de arena para mejorar este mundo, de una u otra manera, porque vamos
es pa’ lante.
MARLADY – Si señor tiene
usted toda la razón, pero dejémonos de volear lengua, porque sino no va a
alcanzarnos el tiempo, y todavía hay mucho que hacer.
DON PEPE – Como usted mande
patrona, de una entonces me pongo a darle a lo suyo, con toda.
MARLADY – Hay gracias, y ¿no
queres tomarte un juguito de lulo pa’ el calor?
DON PEPE – Con mucho gusto,
yo me le tomo su juguito.
MARLADY – Bien juicioso
pues, que ya mismito te lo doy en bandeja.
FIN.
Pd1. Don Pepe se le tomo el
jugo a doña Marlady; como era de esperarse ¿no? - y le gustó mucho. jejeje
Pd2. Hay que rico un
juguito, ¿no?
Pd3. A ver digan pues ¿a
quién no le gusta que le den, juguito de lulo?
Pd4. Lalalalalalalal….. jijijijijijij
Att.
J.R.C.S.